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Política: No es mi suprema corte: Lidia Cacho y el Gober Precioso

Posted by El Corsario Negro en 2007-11-30

«Governments are instituted among Men, deriving their just powers from the consent of the governed, That whenever any Form of Government becomes destructive of these ends, it is the Right of the People to alter or to abolish it, and to institute new Government.»
Thomas Jefferson – Declaración de Independencia de los Estados Unidos

Esa Vieja

El 16 de septiembre de 2005 un par de personas secuestraron a Lidia Cacho, reportera mexicana, de las oficinas del Centro de Investigación y Atención a la Mujer de Cancún a punta de pistola (en este centro se brinda apoyo a niñas violadas). Nadie sabía por qué, y todos temían lo peor, sobre todo en un país con tan poca seguridad como México.

Sin embargo resultó que no había sido secuestrada por criminales comunes, sino por policías del estado de Puebla (ella vive en el estado de Quintana Roo, a medio país de distancia). Supuestamente su delito era difamación. Hablar mal de una persona.

La persona en cuestión es Kamel Nacif, amigo, cómplice y protector de Jean Succar Kuri, pederasta expuesto por ella en su libro «Los Demonios del Edén», donde denunciaba los nexos entre Jean Succar Kuri y poderosos políticos (por ejemplo Miguel Angel Yunes Linares y Emilio Gamboa Patrón). Las evidencias contra Jean Succar Kuri son muchas sin embargo no se le ha podido juzgar en México (actualmente está detenido en Estados Unidos).

Kamel Nacif utilizó sus influencias para corromper al gobierno del estado de Puebla, empezando por el Gobernador Mario Marín, de forma que fuera arrestada. Imagínense, el mundo al revés, con los criminales arrestando personas inocentes. Fue gracias a la sociedad civil, amigos de la reportera, que pudieron saber donde estaba y la protegieron. Finalmente pudieron sacarla de la cárcel.

Luego se dieron a conocer grabaciones donde se descubre el complot entre el gobierno y Kamel Nacif, así como la corrupción y el bajo nivel cultural de los involucrados (una plática llena de cinismo, prepotencia y misoginia).

Era hora de que la suprema corte de justicia de México tomara acción y castigara a esos delincuentes.

Ayer fallaron en ese cometido.

En una votación de 6 en contra y cuatro a favor, decidieron que las violaciones a las garantías individuales de Lidia Cacho no fueron «graves».

¿Perdón?

¿Desde cuando la suprema corte de justicia puede decidir que una violación a las garantías individuales de un ciudadano son «graves» o no? ¿Desde cuando decidieron que pueden violarse «poquito»? ¿Qué tanto es tantito? ¿Cuándo lleven a un violador con el juez puede alegar eso en su defensa? «Si, la violé, pero fue poquito, y con cuidado».

El que la suprema corte de justicia haya protegido a Mario Marín y a las redes de pederastas desnuda su complicidad, así como la del resto del gobierno. Muestra, de cuerpo entero, su corrupción. Ni los magistrados que votaron a favor se salvan, ya que si fuesen decentes y no estuvieran involucrados, habrían de renunciar a sus puestos (y a sus salarios y enormes pensiones).

Que nos quede claro. No es nuestra suprema corte de justicia: no existe para protegernos a nosotros ni a Lidia Cacho, sino para proteger a los gobernantes y políticos. No son nuestras leyes: no son para cuidarnos a nosotros, o a Lidia Cacho, sino para que ellos nos puedan secuestrar si señalamos sus crímenes. No es nuestro gobierno: no son representantes de la voluntad popular que buscar el bienestar de los ciudadanos, sino criminales y rateros.

No es, ni será, mi suprema corte de justicia.

A Lidia Cacho, la última vez, la salvó la sociedad civil, sus amigos. Hoy que la ha abandonado la suprema corte de justicia, hay que seguir cuidándola, hoy mas que nunca.

Y no lo olviden, cuando a los ciudadanos se les quita cualquier esperanza de bienestar o justicia, y se les margina de la vida política, no les dejan más que una opción. Están advertidos. Los ciudadanos no debemos temer a nuestro gobierno (aunque nos dan causas para hacerlo), sino ellos deben tenernos miedo a nosotros.

Una respuesta to “Política: No es mi suprema corte: Lidia Cacho y el Gober Precioso”

  1. RODRIGO said

    ENTERATE DE LO QUE SUCEDE EN ESTE PAÍS Y PODEMOS HABLAR DE LO MISMO

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