Politica: Yo quisiera ser Charlie Hebdo

«No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo»
– Voltaire

Y la gente de Charlie Hebdo ha dado su vida para defender mi derecho de expresarme.

Yo soy Charlie

Esta entrada sería «Yo soy Charlie Hebdo», grito de protesta que muchas personas usan para hacerse parte de un horrible ataque contra la libertad de expresión. Y está bien. Yo soy Charlie Hebdo en cuanto al dolor, en cuanto a la indignación, en cuanto a la solidaridad con los muertos, heridos, familiares, compañeros y conocidos. Yo soy Charlie Hebdo tanto como puedo serlo. Pero no lo soy. Yo quisiera ser Charlie Hebdo, pero no merezco, todavía, tal honor.

Hace casi 250 años un pueblo se levantó en armas contra un gobierno, una cultura y una sociedad para hacer una revolución. Ellos sacrificaron su vida para cambiar el mundo. Su lema, hoy igual de valido y poderoso que entonces: «Liberté, Égalité, Fraternité». Libertad, Igualdad, Fraternidad. Que mas puede uno decir. Que mas puede uno desear.

Ese pueblo ha sido atacado. El personal del periódico satírico Charlie Hebdo fue asesinado por unos religiosos ofendidos por la ridiculización que se hacía en ese periódico de sus creencias.

Eso no debe de ser tolerado. Eso no debe de ser permitido.Eso no debe de ser olvidado.

Las religiones son malas. Dañinas. Son un cáncer que carcome sociedades y mentes. Es una droga que destruye conciencias. Que idiotiza a las personas. Es una enfermedad que debe ser erradicada de raíz, como la esclavitud o el racismo.

La gente «creyente» tiene la enferma noción de que deben hacer lo que una deidad, a través de sus sacerdotes e imanes les diga. Creen que ellos tienen la verdad, por privilegio, y no por razón. Desechan su conciencia a cambio de una promesa de privilegios y recompensas en otra vida.

Son peligrosos. Se creen con derecho a señalar, a acusar, a menospreciar.

Si no eres parte de su culto, están listos para quemarte. Para apedrearte. Para dispararte.

Si Mahoma renaciera… – «Yo soy el profeta bruto!» – «Callate infiel!»

Como hicieron antes con los ateos, o los de otra religión, o los de otra raza, otra tierra, otro idioma.

Como hicieron hoy a los caricaturistas de Charlie Hebdo.

Son los mismos que antes. Están haciendo lo mismo que antes.

Y no es tiempo de ser prudentes. Prudencia en este momento es miedo. Miedo abyecto y cobarde. Miedo despreciable.

Hoy es tiempo de ponerse la playera de Charlie Hebdo y reírnos de las estupideces que la mayoría de la gente dice creer.

Por que la sátira y la ridiculización es la mejor manera de derrotar a lo «sacro» y lo «intocable».

No hay que rendirnos. No hay que doblarnos. No hay que permitir que nos atemoricen.

Mahoma era un violador de niñas. Jesús es una ficción, igual que Santa Claus.

Pero el daño que han hecho sus seguidores es real y demostrable. Son un peligro presente y futuro.

No hay que tener miedo a decir la verdad. Nunca. Aunque nos disparen.

Por que si nos callamos, vamos a perder lo que tantos antes de nosotros pelearon por ganar. Hypatia. Giordano Bruno. Las personas que hicieron las grandes revoluciones de la era moderna.

Las muertos en Charlie Hebdo.

Hay que seguir defendiendo la libertad de expresión. Por ellos. Por todos.

Je suis Charlie.

• Liga a la página de Charlie Hebdo
• The Case for Mocking Religion: Excelente artículo de Christopher Hitchens
• Explicación de algunas portadas de Charlie Hebdo en Slate
• Artículo en Wired
• Cartón de Guerrilla Comix
• Cartón de Tom Toles: La pluma vencerá
• Viñeta de El País
• Cartón de The Oatmeal
• Cartón de Paco Calderón