«1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.»
– Las Leyes de la Robótica, Issac Asimov
A través del weblog Teoría del Caos, de René López, me entero del esfuerzo de Mauricio Montenegro de escribir la recomendación de 30 libros en un mismo número de días, con una condición muy especial en cada uno de ellos, lo cual está haciendo en su weblog 30 Libros.
A mi nadie me invitó, pero tratandose de libros, me invito yo solo. Empecemos.
10. Uno con una pésima versión cinematográfica.
Dentro del panteón de la ciencia ficción hay algunos nichos para algunos de sus dioses. Y en uno de ellos está uno de los escritores mas prolíficos y capaces de todos los tiempos. Divulgación científica, ciencia ficción, historia, mil y un géneros, una riqueza de títulos e ideas. Un hombre del renacimiento. Pese a no ser mi autor favorito, hay clásicos como la trilogía de Fundación (he preferido desconocer los libros posteriores de la saga), «Lucky Starr y las Lunas de Júpiter» (de la misma colección Brugera de donde saqué «El Libro de la Selva»), su cuento «Anochecer» o sus libros de historia (y uno de citas que adoraba en mi adolescencia) que tienen un lugar especial en mi corazón.
Y, claro, «Yo, robot».
Basicamente una serie de cuentos casi inconexos donde Asimov pone a prueba sus leyes de la robótica, y nos muestra las consecuencias de apartarnos de ellas. Una maravilla de ciencia ficción especulativa.
Y luego viene la película. ¿Qué daños les había hecho Asimov? ¿Por qué esa saña de ensuciar su nombre? Me parece bien que tengan el derecho de hacer churros en el cine, pero ¿por que arrastar tan divino libro con ellos?