Video: Dos comerciales, una indiscreción, y unos videos prohibidos

«No se que acabo de ver en la tele»
Lo que le dije a Mon, después de ver por primera vez uno de los videos prohibidos.

Empezamos con la nota «ligera». Samanta, en el weblog CineCineCine, colocó ligas a dos excelentes comerciales. Tan buenos que me sentí obligado a referirlos aquí. El primero es un anuncio de Nike, los artistas del comercial deportivo, referente a María Sharapova.

Empoderamiento. Las mujeres en general, y las tenistas en particular, no son figuras de porcelana, muñecas para ver, mejor si se quedan calladas. Son personas con ideas, y en algunos casos, mucha fuerza en su golpe de revés. Y este comercial revela eso con claridad y mucha gracia. Brindo por eso. Me encanta la forma en que las personas la miran. Todas las emociones e ideas que se ven en su cara. Just Do It.

Subimos de nivel. El segundo es serio. Muy serio. ¿De que sirve una firma?

Soy afortunado. Tengo una hermosa familia, una casa, comida y puedo escribir las estupideces que quiera en mi weblog. No es igual para todos, y hay quién esta haciendo algo al respecto. Amnistía Internacional. Ellos hablan por nosotros, ellos son lo mejor de nosotros. Hay mucha gente que necesita ayuda, y ellos la están tratando de dar. Hay que ayudarlos. Y para que al estúpido del pelele de Fecal y a sus lacayos se les ocurra decir que «Evidentemente, es una exageración pensar que hay un fracaso del gobierno mexicano en ese sentido; no tiene sustento una afirmación de esa naturaleza.» Peleles del pelele, desgraciados todos. Y Soberanes, según esto nuestro «defensor» de derechos humanos, uno de los peores. Decir que el defiende nuestros derechos humanos es poner la iglesia en manos de Lutero. ¿Y quién me defiende de Soberanes? (No hay que olvidar que según el, a la Anciana Ernestina Ascencio de Veracruz no la violaron los soldados, sino una gastritis – háganme el fregado favor).

Luego una indiscreción. Una joven chilena de catorce años es filmada con su celular por uno de sus compañeros de escuela mientras le practica sexo oral a un compañero. Ella no está siendo forzada, no esta demasiado preocupada por que la estén grabando, ni parece que sea su primera vez, ni tampoco es obra de una mafia de pornografía infantil. En mis tiempos las chicas no eran así (y si lo eran no eran así conmigo).

¿Por qué en publico? ¿No le da pena? ¿No identifica el hecho de que la vean, y peor aun que la graben, como algo potencialmente desastroso?

Ese es el punto. Simplemente son niños jugando, sin estar conscientes de lo que están haciendo, y lo que están arriesgando. No creo que tener relaciones sexuales – aún a «temprana edad» – sea malo, ni enfermo, ni una falta a la moral. Y eso no los exime de que han echado a perder la vida de una joven de 14 años la cual cometió el pecado de no tener criterio ni sentido común. Nada más. Por que dejarte filmar en un parque masturbando con la boca a uno de tus compañeros de escuela es únicamente una estupidez, no un crimen ni un pecado. Lo que me da coraje es que a ella la han expuesto y expulsado de su escuela (y de su vida) mientras que a sus compañeros varones no les han hecho nada. Ellos no han sido señalados, ni expulsados. Autoridades hipócritas y machistas. El pecado y el crimen es la reacción de la sociedad, no los juegos de esos jóvenes. Ya lo dijo Regina Lynn, en esta época todo deja evidencias (recomiendo leer estos tres artículos 1 2 3). No hagas nada que no quieras que suban en Youtube. (¿Oíste, Johnny?)

Finalmente llegamos a la atracción principal. Los videos prohibidos. Si creen que es algo pornográfico pueden cortar aquí, ya que no tiene nada que ver. Si me conocen de tiempo, les habré platicado, en alguna ocasión, de los videos prohibidos.

Hace unos quince años, un domingo, estaba viendo televisión muy noche (como hacía antes de la llegada de Internet) cuando en el canal 22 encontré algo que llamó mi atención. Aparentemente era la filmación, en blanco y negro y sin sonido, que había hecho un naufrago del barco de investigación ruso Vega, en el océano Indico, con misión de ver un eclipse solar. La filmación relataba al naufrago, solitario, pasar sus días esperando un rescate. Un verdadero drama. Y entonces la voz del narrador interrumpía para decir: «Ahora vean con mucho cuidado, por que lo que va a pasar no tiene explicación». La cámara del naufrago mostraba algo que solo puedo describir como un amanecer, para después filmar las nubes, y el mar, brillando. En una filmación posterior el naufrago, con tranquilidad, mostraba letras escritas sobre una vela, y después se alejaba de su bote salvavidas, nadando. Después se mostraban filmaciones de donde se había recuperado el bote, y se leía el último mensaje del naufrago: «Los que lo hemos visto no podemos regresar». Después seguía la historia de un soldado en la segunda guerra mundial que seguía a una sirena que salía de las aguas de Sicilia.

A lo mejor tengo la imaginación muy activa. Era muy noche y estaba medio dormido. Quizás resonó con mis ideas y terrores internos. Lo que se es que me aterró como pocas cosas en mi vida. Me atrajo como la polilla a la vela. Durante años había buscado evidencia que existía algo – magia, extraterrestres, fantasmas – mas allá de mi experiencia diaria. Sabía que debería ser una filmación de algo extraordinario, pero realizada en condiciones comunes. Alguien debería estar filmando su vida diaria para inesperadamente cruzarse con algo inesperado. Eso era lo que había visto. Esa es la filmación de la cual platiqué con asombro y miedo en mi voz durante los últimos quince años. Todavía recuerdo como si fuese el domingo pasado como fui a despertar a Mon, y le dije que había visto algo extraño, que no sabía que era, pero que no me iba a dejar dormir.

No sabía el nombre, o si era realidad o ficción. Solo sabía que era el domingo, muy, pero muy, noche. Una semana después no pude hacer vigilia, pero Daniel si. Y el lo vio entonces. Pero no vio lo mismo que yo. El vio una historia de unos reporteros que desaparecían en una casa. Y también parecía algo real, no algo de ficción. Y estuvo de acuerdo conmigo que era algo intrigante y aterrador. Un tercer fin de semana lo volví a ver, pero tres historias distintas, que pude grabar en VHS (les dije que fue hace tiempo). Una bruja en México. Un asesinato en un suburbio de Estados Unidos. Una colonia de Cyborgs en Rusia.

Ese VHS, y nuestros recuerdos, es lo único que sabíamos de esas filmaciones, además de un título y un autor: «Documents Interdits» – Jean-Teddy Fillipe. Y eso es lo único que supimos durante una década.

Con la llegada de Internet pudimos retomar la investigación. Eso nos llevó al sitio de Los Videos Prohibidos, una obra de ficción realizada por Jean-Teddy Fillipe. Al menos supimos que no estábamos locos, que efectivamente existían, y que eran falsos (llevábamos 10 años debatiendo sobre su autenticidad). Supimos los nombres, supimos cuantos eran. Pero no teníamos los videos. El sitio mencionaba que los iban a vender, y que en poco tiempo podríamos adquirirlos. Sin importarnos que seguramente iba a ser en formato PAL, Daniel y yo estábamos claros que lo íbamos a pedir, sin importar el precio.

Así pasaron otros cinco años.

Hasta ayer. Ayer encontré, en Youtube, de todos los lugares, los Videos Prohibidos. Pero no como «Documents Interdits», «Forbidden Files» o «Videos Prohibidos», sino como «Verbotene Aufnahmen».

Para que se den una idea de la calidad, hay foros de OVNIs donde usan uno de los videos como evidencia de la existencia de extraterrestres.

Ha pasado casi la mitad de mi vida. Soy muy diferente, y muy similar, al joven que no pudo dormir una noche de domingo por algo que vio en la televisión. Se ha cerrado un capítulo muy largo de mi vida. Yo creo me estoy volviendo viejo.

Pero ya tengo los Videos Prohibidos. Estas noches van a ser largas. Muy largas. Soy solo una polilla, y he encontrado una gran vela.

Ps. Falta «Matías y el Pastel de Fresas»